Una guía para instalar Linux
(sin romper nada)¶
Con frecuencia sucede que, tras instalar todo tipo de software en nuestra computadora, tenemos la sensación de que nos gustaría recuperar el estado de la máquina tal y como estaba el día que la compramos. A fin de cuentas, la adquisición de un ordenador no deja de ser una inversión que debemos mantener en buen estado.
En este cuaderno voy a repasar como me las arreglo para organizar mi espacio de trabajo y hacer todo tipo de experimentos sin poner la computadora “patas arriba”. Mi solución consiste en crear una máquina virtual dentro de la física. Consiste en un programa que simula un ordenador, visualizando el escritorio virtual en una ventana de la pantalla.
Véase el aspecto que tiene una máquina virtual Linux en mi Mac. En la imagen vemos los dos escritorios, el del fondo azul es el de la computadora física, y el de color verde el de la máquina virtual. Podemos maximizar la ventana, de forma que ocupe toda la pantalla y “tape” el escritorio físico.
El ordenador virtual puede funcionar con el mismo sistema operativo que el de nuestra computadora o con otro diferente. Tenemos varios a nuestra disposición. Uno de los más populares es Windows, creado por Microsoft, y que muchos fabricantes de computadoras incorporan en sus productos. Otro sistema bastante conocido es Android, presente en multitud de dispositivos móviles. Los ordenadores de la casa Apple tienen sus propio sistema, llamado MacOS.
A nivel corporativo, el sistema operativo utilizado en muchos servidores es el veterano UNIX. Si buscamos un clon de UNIX para ordenadores domésticos, podemos instalar y utilizar alguna de las muchas versiones de Linux.
En este cuaderno voy a describir la instalación de Linux en una máquina virtual. ¿Por que apostar por este sistema operativo? Hay muchos motivos para usarlo, pero en mi caso particular me interesa probar multitud de herramientas open source sin tocar la configuración de mi ordenador Mac.
El uso de máquinas virtuales tiene muchas ventajas:
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Evitamos “contaminar” nuestra computadora, logrando que solo haya dos piezas nuevas:
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un programa que sirve para simular máquinas virtuales, y que podemos desinstalar llegado el caso.
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un gran archivo que es utilizado como disco duro virtual, donde encerramos todos nuestros experimentos y documentos sin modificar la máquina física, y que podemos enviar a la papelera cuando queramos, sin dejar rastro alguno.
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Resulta muy fácil hacer una copia de seguridad de la máquina virtual. Basta con copiar ese fichero que actúa como disco duro virtual.
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Podemos llevar nuestra máquina de un ordenador a otro, con solo copiar el disco virtual.
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¿Tienes un programa para windows y lo quieres ejecutar en un mac? Crea una máquina virtual windows.
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¿Te gusta programar y quieres hacer versiones de tus programas para varios sistemas operativos? Crea diferentes máquinas virtuales y prueba el programa en cada una de ellas.
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¿Quieres aprender el funcionamiento de otros sistemas operativos? Crea más máquinas virtuales. Podemos tener tantas como espacio haya en nuestro disco físico para almacenar los discos virtuales.
Pero antes de hacer instalación alguna, echemos un vistazo a lo que es el sistema operativo Linux y como se virtualiza un ordenador.